Los días soleados y calurosos del verano nos invita a disfrutar de actividades al aire libre, desde tomar el sol en la playa hasta hacer deporte en el parque. 

Sin embargo, mientras nos sumergimos en estas actividades, a menudo olvidamos la importancia crucial de mantenernos adecuadamente hidratados. 

El agua es el mayor constituyente del cuerpo humano y esencial para el mantenimiento de la vida, además de estar presente en el interior de las células, sangre, linfa y secreciones como saliva, lágrimas, bilis y jugos digestivos. 

Por lo tanto, el cuerpo necesita estar bien hidratado para trabajar con la debida eficacia.

La hidratación y la temperatura corporal

Cuando la temperatura ambiente aumenta, nuestro cuerpo lucha para mantener una temperatura interna constante. La sudoración es uno de los mecanismos clave que utiliza para regular su temperatura. 

El sudor, compuesto principalmente de agua, se evapora en la piel y nos ayuda a enfriarnos. Sin embargo, si no reponemos el agua perdida a través de la transpiración, podemos sufrir deshidratación, lo que dificulta la capacidad de nuestro cuerpo para mantenerse fresco y puede llevar a problemas de salud más graves.

El agua es fundamental para que nuestro cuerpo funcione correctamente. Participa en numerosos procesos fisiológicos, como la regulación de la tempe

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