Ya en la prehistoria, el anillo contaba con un fuerte significado emocional. No era empleado como un signo distintivo de riqueza como en otras épocas posteriores. Servía para unificar a las personas. Los motivos, formas y colores de estas primitivas alianzas estaban estrechamente relacionadas con las creencias religiosas de este periodo. 

anillo

Hacia el 2800 a. C. los egipcios colocaban en ceremonias prenupciales un anillo a modo de compromiso: el círculo, por carecer de principio y fin, simbolizó la eternidad.

Los dioses llevaban anillo: el círculo dorado suponía un pacto que nadie podía romper.

Para los egipcios de hace cinco mil años el círculo simbolizó el misterio y eternidad de la vida.

Entonces las clases populares llevaban  de cobre con un escarabajo sagrado hecho de esteatita sobre el que se inscribía el nombre del dueño y una fórmula mágica para atraer la suerte. Con ese anillo protector eran enterrados al fallecer.

El anillo representaba poder y fuerza

Era un recuerdo de la vida terrenal y la forma de mantener la conciencia de sí mismo.

En las bodas de los romanos, el novio daba a la novia un anillo doble en prueba de alianza.

Entonces llevar anillos era un derecho reservado a ciudadanos de clase elevada: el anillo de hierro representaba prestigio aristocrático; el de oro era para los sacerdotes de Júpiter y los senadores. 

Mil años antes de Cristo, en la Antigua Grecia, los anillos eran simples tiras de oro alrededor del dedo. 

El anillo se relaciona con la petición de mano desde que consagró la costumbre en el año 860 Nicolás I, decretando este sumo pontífice que la colocación de anillo en la petición de mano se tomara como compromiso matrimonial. 

Hoy en día, es posible comprar anillos con piedras preciosas como rubíes, diamantes, esmeraldas, zafiros, etc.

En la actualidad, los anillos son también símbolo de compromiso, en particular el matrimonio, el compromiso.