Los utensilios y electrodomésticos son importantes, pero los  condimentos  son los que se identifica con una buena cocina. Al utilizar hierbas de calidad y de forma correcta, incluyendo los platos más simples ganan sabores sorprendentes.

Las opciones no faltan en  los supermercados y mercados, pero hay que saber elegir. Con pocas excepciones, la mayoría de las hierbas tienen sus características acentuadas después del proceso de secado. Otras, como cebolleta, cilantro y menta, son mejor aprovechadas cuando se consumen frescas.

Los condimentos y especias se utilizan desde hace milenios por las civilizaciones y se mezclan a la historia de la humanidad misma. Durante muchos siglos, sirvieron de principal moneda en el comercio internacional.

¡Los condimentos con sus aromas y sabores!

Sus usos en la culinaria no están solamente relacionados a sus características de sabor y aroma, sino a los beneficios traídos por sus principios activos, como para la conservación de los alimentos.

En tiempos sin energía eléctrica, el uso de las hierbas en la preparación era prácticamente la única opción para evitar contaminaciones bacterianas y fúngicas y aumentar la durabilidad de los preparados.

Así como el uso de las hierbas o especias solitariamente, la mezcla de ellas, formando un único condimento, también tiene fuerte presencia a lo largo de la historia, siendo que cada región o civilización se "especializó" y acabó quedando marcada por un tipo diferente de mezcla condimentar.

En el mundo occidental, el uso de combinaciones de condimentos estaba un poco olvidado, pero con el boom de la gastronomía, con más y más personas interesándose por la culinaria natural y de calidad, estas mezclas volvieron a marcar presencia en platos.

Y el uso de sólo condimentos simples, como orégano, albahaca, laurel y perejil ganó más brillo y sabor con este resurgimiento de los condimentos. Gracias a las características marcadas de algunas mezclas, en su mayoría asiática y europea, permanecen conocidas y utilizadas por la sociedad actual.

Además de añadir sabor y aroma, aumentar la durabilidad de los platos y ofrecer una gran carga de nutrientes, los condimentos también ayudan a disminuir la cantidad de sal ingerida a cada comida.

Conforme usamos condimentos y especias, acabamos disminuyendo naturalmente el uso de la sal, pues ya no es necesario añadirlo para intensificar el sabor, pues otros ingredientes se vuelven responsables de ello.