Las cometas nacieron en la antigua China. Se sabe que alrededor del año 1200 a. C. se utilizaban como dispositivo de señalización militar. Los movimientos y los colores de las cometas constituían mensajes que se comunicaban en la distancia entre destacamentos militares.

cometa

En Europa en el siglo XII los niños ya jugaban con cometas a las que añadían cuerdas para hacerlas sonar. El político e inventor estadounidense Benjamin Franklin utilizó una cometa para investigar los rayos e inventar el pararrayos. Hoy en día, la cometa mantiene su popularidad entre niños de todas las culturas.

En algunos países se hace un juego donde los cometas compiten en cortarse los hilos de sustento gracias a un hilo impregnado con vidrio o polvo de esmeril. Una vez logrado el objetivo surge una competencia de los niños por apropiarse del volantín o cometa cortado.

¡Volar una cometa un juego muy divertido para todos!

Uno de los juegos divertidos y entretenidos de los niños es la acción de volar una cometa, aunque la actividad llama más para el verano, puede realizarse en cualquier época del año, sobre todo cuando los pequeños tengan la necesidad de sentirse libres.

El vuelo de cometas hace que los niños realicen una intensa actividad física, aprendan de aerodinámica y comprendan mejor la meteorología. Para los padres, acompañar a los niños en este tipo de juegos, representará un viaje a la infancia haciendo que te sientas como un pequeño disfrutando al son del viento.

¡Adorna el cielo con los alegres colores y piruetas de la estupenda cometa acrobática ala delta! Cuenta con varillas de fibra de vidrio y vela de nailon. Un juego sencillo e ideal para entretener a niños y adultos.

Si nunca has hecho volar una cometa, lo primero que debes tomar en cuenta es tener la posición ideal, colocándose de espaldas al viento, sujetando la cometa con la mano, lo más alto posible, mirándola de frente.

Seguidamente, se suelta con suavidad, dejándola guiarse por el viento. Si contamos con buen viento, la cometa comenzará a subir mientras que le damos cuerda.

Si llegara a perder fuerza y altura, hay que tensarla con vigor, antes de que toque el suelo, para ayudarla a subir de nuevo.