Es posible que en caso de accidente  tengamos que explicar a la compañía de seguros cual de los conductores tuvo la culpa, puesto que aunque parezca mentira, cuando hay versiones contradictorias de los conductores implicados se hace difícil determinar la culpa en caso de que la colisión no esté muy clara.

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Una de las mejores herramientas con que cuentan los peritos automovilísticos es la propia experiencia, puesto que algunos de estos profesionales sabe más por viejo que por diablo y han aprendido mas en la calle que durante la carrera.

Pero no todos los accidentes de tráfico están igual de claros, y sobre todo cuando hay víctimas mortales, la Guardia Civil se encarga de realizar las fotos y elaborar el informe pertinente midiendo la calzada y las marcas de frenada, tomando nota de todo para que les sirva de ayuda en caso de que la ausencia de testigos o la contradicción de estos les lleve a determinar la causa del accidente y las responsabilidades de cada conductor implicado.

Sin duda cuando hay cámaras de tráfico, son las compañías de seguros o las mismas autoridades quienes piden copias de las imágenes grabadas y esta aportación resulta determinante puesto que lo de que una imagen vale más que mil palabras, queda más que corroborado porque en estos casos lo que se obtiene no es una sino una sucesión de imágenes del accidente.

Desafortunadamente no hay cámaras en todos los tramos de autovía ni en muchas calles secundarias o en vías interurbanas, así que a veces hay que tocar madera para no vernos implicado en algún accidente en el que no tengamos la culpa y encima quienes la tengan nos quieran colgar el San Benito.

Aunque en todas las calles y carreteras no haya cámaras, nosotros si que podemos poner cámara de seguridad para coche de las que se llevan puestas en un soporte del parabrisas para que graben todo lo que pasa mientras conducimos, ya que en caso de colisión aunque nosotros no estemos implicados, podremos aportar a las autoridades el vídeo del accidente sin pérdida de detalle, ya que la cámara graba continuamente la misma escena que vemos los ocupantes del vehículo a través de la luna delantera.

Puestos a instalar una cámara, quizá convenga instalar una segunda en la parte trasera del vehículo, que nos servirá para ver las imágenes de la zona trasera mientras aparcamos, y también para circular marcha atrás tanto para aparcar como para guardar el coche o maniobrar con precisión.

Estas cámaras de marcha atrás son de gran ayuda para los conductores noveles e incluso para los más experimentados, puesto que en realidad todos acabamos aparcando a ojo ya que no podemos ver los ángulos muertos que se esconden del retrovisor y de los espejos laterales.

Aunque son muchos los coches que llevan este tipo de cámara de serie o como extras en el modelo, aún están reservadas a los automóviles de lujo, y sin embargo cualquiera puede comprarlas e instalarlas fácilmente en su propio coche.