Aunque muchas personas atribuyen a Edison el invento de las bombillas, la realidad es que varias personas patentaron mucho antes algunos modelos de bombillas, el primero de ellos en el año 1855.

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Esa primera patente la registró el mecánico alemán Heinrich Goebel, quien demandó 38 años después a Edison, cuando este se estaba preparando para obtener los beneficios de su invención.

Gobel argumentó que Edison conocía su invento porque en 1882 le hizo una oferta que no prosperó. La razón fue que Thomas Alva Edison consideró que el invento de Gobel no tenia mérito, y siguió trabajando en la bombilla de filamento de carbono que  patentó el 27 de enero de 1880.

El 11 de Julio de 1874 el ingeniero ruso Alexander Lodygin también registró una patente para otro tipo de bombilla incandescente utilizando también un filamento de carbono, y en 1878 Joseph Wilson Swan recibió la patente británica para una lámpara incandescente e su invención.

Swan si que llegó a fabricar bombillas y en 1881 creó la compañía The Swan Electric Light Company mientras que Edison hacía lo mismo en Estados Unidos aunque su empeño le llevó mas lejos y en ese mismo año creó en Nueva York la primera central de luz y energía del mundo, instalando redes subterraneas para conducir la corriente eléctrica.

Hoy en día las bombillas de bajo consumo han desplazado a las de filamento por el considerable ahorro de electricidad, pero se siguen fabricando las bombillas de filamento que se siguen vendiendo por su bajo coste y que son la viva imagen de las primeras bombillas que solo han mejorado en el proceso de fabricación.

Una bombilla tradicional que se encienda unas 8 horas al día puede alccanzar el medio año de vida, mientras que una lámpara de bajo consumo permanecería encendida por más de tres años, así aunque existe una diferencia de precio, esto no significa que estemos ahorrando si compramos la mas barata, y es cuestión de hacer cuentas para ver si nos es rentable comprar una u otra lámpara.