¿Deberíamos dejarnos llevar por las modas? ¿De dónde proviene el uso de "moda"?
La mayoría de las personas, principalmente las mujeres, tienen una preocupación un tanto exagerada con el aspecto moda. Siempre los mismos cuestionamientos que está o no en la moda. Color de la moda, el tipo de accesorios a ser usados por ahí.
Porque para que te quede bien una ropa y hacer uso de determinados accesorios, ya sea un simple pendiente, collares y bolsos, hay la necesidad de ser identificado con el objeto.
No siempre lo que queda bien en una mujer quedará bien en todas. La identificación de la persona con el objeto es algo primordial en este tema.
Hay mucho que explorar dentro de nuestras tendencias de gusto y tipo de ropa, calzado y accesorios a utilizar.
Incluso porque, hasta el modo de presentarnos visualmente, revela mucho de nuestra personalidad.
Ante tantas posibilidades de ropa, ¿cuál debe ser nuestra opción? ¿Será que lo ideal es actualizarnos adoptando las novedades que la moda a menudo nos presenta?
¿O la mejor decisión es quedarnos ajenos a lo que la sociedad de consumo nos impone?
Sigue la moda, pero déjala cuando sea conveniente.
Nunca inventes la moda, incluso sabiendo que hay personas que gustan de aparecer debido a una novedad.
La moda surgió a mediados del siglo XV al inicio del renacimiento europeo. La palabra moda significa costumbre y proviene del latín modus.
La variación de la característica de las vestimentas surgió para diferenciar lo que antes era igual, se usaba un estilo de ropa desde la infancia hasta la muerte.
A partir de la Edad Media, las ropas eran diferentes siguiendo un patrón que aumentaba según la clase social.
Hubo hasta leyes que restringían tejidos y colores solamente a los nobles.
La burguesía que no era noble, pero era rica, pasó a imitar el estilo noble de las ropas iniciando un proceso de gran trabajo a los modistos que a partir de entonces, estaban obligados a producir diferentes estilos para diferenciar a los nobles de los burgueses.
Con la revolución industrial en el siglo XVIII, el coste de los tejidos disminuyó bastante, en 1850 con la invención de las máquinas de coser el coste de los tejidos cayó aún más.
