Las bebidas con adición de componentes estimulantes, a menudo denominadas bebidas energéticas, se lanzaron al mercado en 1987 y, desde entonces, su crecimiento en todo el mundo ha sido enorme.

bebidas energéticas

Las bebidas energéticas, generalmente, poseen en su composición, además de carbohidratos:

- Taurina: es un aminoácido que participa de funciones fisiológicas importantes.

Como la excreción rápida de productos tóxicos en el organismo.

No se conocen bien los efectos de su consumo sobre nuestra salud a largo plazo.

- Glucoronolactona: es un carbohidrato que tiene función desintoxicante y ayuda en la metabolización de sustancias.

- Cafeína: acelera la cognición, disminuyendo la fatiga y aumentando el estado de vigilia.

- Inositol: este isómero de la glucosa previene la acumulación de grasa en el hígado y mejora la comunicación cerebral, la memoria y la inteligencia.

- Vitaminas: las principales encontradas en los energéticos son la niacina, B6, B12, riboflavina y ácido pantoténico.

Su presencia está relacionada con la reposición de las dosis recomendadas.

La unión de estos componentes resulta en una bebida agradable al paladar y que proporciona energía y ausencia de sueño para diversas actividades.

Desde horas extras de estudio a la mayor disposición para disfrutar de una fiesta.

Una sola lata es capaz de garantizar estos efectos por hasta tres horas, dependiendo del organismo de la persona.

Las bebidas energéticas aumentan la resistencia física

Las bebidas energéticas no cumplen el mismo objetivo que las bebidas deportivas, también llamadas isotónicas.

Estas bebidas a base de agua, sales minerales y carbohidratos tienen la función de reponer líquidos, electrolitos y carbohidratos que suelen ser perdidos.

Principalmente, a través del sudor, durante actividades físicas intensas, como carreras competitivas.

La bebida energética aumenta un 25% la resistencia física, facilita la rápida recuperación, dando nueva energía, activando por igual cuerpo y mente.

Libera el organismo de las toxinas que se han producido por consumo de tabaco y alcohol.

Tanto el sistema circulatorio, como el sistema nervioso central se ven estimulados.

Sus ingredientes actúan a gran velocidad gracias a la cafeína natural, que actúa como vehículo metabólico de forma más efectiva y sana que el café o las colas.

A pesar de estos efectos, los energéticos deben ser consumidos esporádicamente y con moderación.