Los primeros registros del origen de la porcelana se realizaron en tiempos remotos en China, entre los siglos VI y VII. Se cree que un horno de cerámica sobrepasó la temperatura habitual. Resultando en un elemento que sorprendió por su dureza, translucidez, pureza y color blanco.

porcelanaIncluso hoy en día, los platos de porcelana son infalibles alternativas para componer la mesa con la sobriedad y encanto.

Los chinos trabajaban con el material de modo muy delicado, realizando exportaciones a Oriente Medio y atendiendo a la realeza.

De China es posible encontrar diferentes modelos de estampas.

Incluyendo diseños con un concepto imperial que dejan la recepción de los invitados más sofisticados.

Tiempos más tarde, esa sutileza China llamó la atención de Europa. El continente conoció la materia prima gracias a Marco Polo, en el siglo XIII.

Desde entonces, la porcelana ha sido reconocida por su refinamiento.

En el curso de la historia, los europeos trataron de reproducir la masa, la difusión de la porcelana a través de las compañías de las Indias, Inglés, Francés y Portugués.

Inicialmente no obtuvieron éxito en la producción, pero cuando descubrieron la fórmula imprimieron una identidad renovada al material.

Este descubrimiento y el éxito de la composición europea se asocian al científico alemán Ehrenfried Walther von Tschirnhaus y al alquimista Friedich Böttger, también alemán.

Hoy en día, hay juegos de tazas de porcelana, teteras de porcelanas, juegos de cuencos lindísimos.

Bandejas de porcelana y diversos productos tradicionales e innovadores hechos de la porcelana.

A lo largo del tiempo se han adquirido nuevas técnicas, procedimientos, dibujos e inspiraciones.

Son ideales para servir la mesa con elegancia.

La vajilla fina forma parte de la decoración de la casa.

Puedes usar las piezas no sólo en la cocina, pero ponerlas en varios puntos de la casa.

Son piezas especiales y dejan cualquier rincón con un toque único de refinamiento.