¡Nada como tomar un agua bien helada para refrescar el alma! Quien ya tomó refresco caliente sabe muy bien la importancia de tener hielo siempre a mano. Especialmente cuando se tiene visitas en casa. Es esencial para cualquier lugar.

Casi todos los días consumimos hielo en zumos, bebidas, cócteles, refrescos, en fin la lista de usos es inmensa.

Hoy en día preparar hielo es muy sencillo, podemos utilizar los moldes de toda la vida, los hay también decorativas y son muy interesantes.

Hay también las máquinas de hacer hielo super modernas y prácticas.

Así podrás tener cubitos siempre a punto, sin tener que esperar a que el agua se hiele en el congelador.

Pero ni siempre ha sido así.

Para refrescarse del calor, los persas tomaban un zumo de frutas bien dulce y helado.

Los egipcios también fabricaban sus helados hace 4 mil años, mientras los árabes mezclaban zumo de fruta con hielo.

En China, la leche era una mercancía cara. Por eso, el postre predilecto de la nobleza era una pasta, hecha de leche y arroz, que era colocada en la nieve para solidificarse.

El principal problema era almacenar nieve para el verano en rudimentarias cámaras frigoríficas subterráneas, con gruesas paredes de piedra.

Interesante, ¿verdad?

La verdad es que el hielo en verano hay que agradecerse, es muy refrescante.

Hay muchas personas que tienen la costumbre que comer el hielo que se queda el  vaso después que termina la bebida.

¿Pero será que esa manía puede traer perjuicios?

De acuerdo con la información de Doctor Health Press,  hace daño porque puede causar daños a la salud de los dientes y encía.

La explicación es que el hábito coloca una presión en los dientes.

Y trae el riesgo de desgastar el esmalte dental.

El hábito de comer hielo puede ser simplemente una manía o costumbre que una persona ejerce cuando está aburrida o simplemente quiere masticar algo.

También hay personas que ingieren las piedritas como una estrategia para adelgazar.

Comiendo  entre las comidas con el objetivo de disminuir el apetito, aunque no hay evidencia de que la práctica realmente traiga el efecto deseado.

Sea como sea, lo importante es que vivimos en una época en que los avances de los electrodomésticos nos han facilitado la vida.

Podemos abrir el frigorífico y sacar unos hielos para refrescar nuestra bebida favorita.

En verano seguro que muchos desearían meterse en un bañera llena de cubitos de hielo.

Así que viva el hielo y a disfrutar del verano.