Los collares de adiestramiento para perros funcionan mediante un mando a distancia que emite unas señales electrónicas selectivas que llegan a la centralita del collar que el perro lleva colgado de manera que el perro percibe inmediatamente estas señales.

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Cuando vemos por primera vez un collar educativo para perros lo primero que observamos es que el collar es como todos los demás y lo que lo hace especial es una pequeña centralita electrónica ubicada en un receptáculo hermético del cual solo salen dos terminales metálicos.

Cuando colocamos uno de estos collares a nuestro perro, los terminales metálicos hacen contacto directo con la piel del animal y ahora explicaremos porqué esto es así.

Para comprender la función de los terminales metálicos del collar de adiestramiento antes debemos explicar lo que es una descarga electrostática y recalcar que esta es totalmente inofensiva.

DESCARGA ELECTROSTÁTICA

La descarga electrostática del collar es inofensiva para el perro y no tiene efectos que perjudiquen al animal puesto que se trata de un simple calambre sin peligro.

La palabra descarga no puede asociarse a la potencia de un rayo ni de lejos a la de una silla eléctrica. Una pila de botón no tiene potencia más que para encender una linterna y no puede hacer el más mínimo daño ni a un perro ni a una persona.

La función de los terminales metálicos del collar de adiestramiento no es otra que transmitir un pequeño calambre similar al que alguno hemos podido experimentar cuando bajamos de un coche y tocamos la puerta que parece cargada de electricidad, aunque la realidad es que somos nosotros los que nos cargamos de electricidad al rozarnos y movernos en el asiento de forma que la fricción desprende los electrones de las fibras de los tejidos y en el momento que toquemos la puerta esta electricidad pasará a través del metal camino del suelo.

Este tipo de descarga aunque no es peligrosa es muy molesta y el animal la asociará como reprenda y enseguida aprenderá la lección, aunque la señal debe mandarse acompañada de la voz del amo recriminando la actitud a la mascota.