Cuando se trata de cuidar la salud bucal, a menudo surgen algunas dudas. Desde el nacimiento hasta la vejez, mantener un correcto hábito de higiene bucal con nuestros dientes y las demás partes de nuestra boca puede salvarte de muchas situaciones desagradables.

Por falta de información, todavía hay muchas personas que creen que no es necesario promover la higiene bucal con frecuencia.

Debes haber escuchado la expresión de que la salud empieza por la boca, ¿verdad? Bueno, esta es una gran verdad.

Además de ser la clave para tener una sonrisa aún más bonita, cuidar la higiene bucal es la mejor forma de prevenir algunos problemas que pueden afectar a la cavidad bucal, como las caries, por ejemplo.

La importancia de la higiene bucal

Se cree que el hábito de la higiene bucal ya lo practicaban los sumerios en el año 3000 aC indica cierto interés de la gente de la época por la higiene bucal. 

Sin embargo, el cuidado de la salud bucodental alcanzó su apogeo en el siglo XVIII, cuando Pierre Fauchard, un célebre dentista francés, revolucionó el tratamiento odontológico al mejorar los instrumentos dentales, así como las técnicas requeridas de un buen profesional.

Actualmente, la higiene bucal es el mejor medio para prevenir la caries, la gingivitis y la periodontitis, además de prevenir la halitosis, es decir, el mal aliento. En otras palabras, la higiene bucal es necesaria para que todos mantengan dientes y boca saludables.

Una buena higiene oral promueve un aliento puro, una sonrisa saludable y ayuda a mantener los dientes limpios y libres de desperdicios de alimentos. Los dientes sanos no solo permiten una buena apariencia, sino que también son esenciales para el bienestar y la salud bucal.

Cuando son niños, la responsabilidad de guiar el proceso de cepillado de los dientes recae, la mayor parte del tiempo, en los padres del niño. Pero incluso antes de que nazcan los primeros dientes, ya es importante iniciar un hábito de higiene bucal en el bebé.

Así, cuando empiezan a salir los dientes de leche, el niño ya está más acostumbrado al proceso de limpieza de la cavidad bucal.

Aunque es muy importante cuidar los dientes de leche en la infancia, cuando se caen y los dientes permanentes empiezan a tomar su posición, se necesita mucha atención para la nueva dentición. 

Cómo serán los dientes que te acompañarán el resto de tu vida, todo cuidado es fundamental. Incluso porque problemas como caries y enfermedades de las encías son bastante comunes durante esta fase.

Las personas mayores no deben tener los mismos cuidados que una persona más joven, pero es importante prestar atención a algunos detalles respecto a la salud de cada uno. Esto se debe a que los pacientes diabéticos, por ejemplo, necesitan un cuidado extra con la higiene bucal, ya que son más propensos a desarrollar enfermedades periodontales. 

Además, también se deben observar otros factores asociados con la salud que pueden influir en la cavidad bucal.

La higiene básica es la más eficiente

Las dos medidas más básicas, pero más recomendadas, para mantener la salud bucal son, por supuesto, cepillarse los dientes, usar hilo dental y además usar un irrigador oral.

Estas acciones, por sí solas, ya ayudan a prevenir la mayoría de los problemas dentales.

El cepillado adecuado y frecuente (idealmente tres veces al día), realizado correctamente, y el uso de hilo dental son extremadamente efectivos contra la proliferación de bacterias y contra la formación de caries.

Estas medidas también contribuyen en gran medida a la buena salud de las encías, así como al buen aliento.

Además de estos cuidados básicos, la alimentación también tiene una gran influencia en la salud de los dientes. Las dietas pobres en vitaminas pueden provocar encías enfermas y dientes débiles. 

Las personas con un estado nutricional inadecuado pueden sufrir afecciones crónicas tanto en la boca como en todo el cuerpo.

Además de cuidar la salud bucodental y los hábitos alimentarios básicos, es fundamental mantener una rutina de consultas periódicas con el odontólogo. De dos a cuatro veces al año es suficiente para evitar problemas dentales más graves en el futuro.

¿Hay un cepillo de dientes específico para cada edad?

Los expertos sugieren que comiences a cepillarte después de la aparición del 1º diente, para los bebés el cepillo sugerido es un cepillo extra suave, que limpia los dientes recién erupcionados, para que masajees las encías, además de que tenga un mango que brinde un buen soporte para el adulto que realizará el cepillado.

A partir de los 3 años, los niños tienden a cepillarse solos, por lo que lo mejor es un cepillo con cabeza pequeña, cerdas suaves y protección en el eje largo del mango, para evitar incidentes, pero siempre bajo la supervisión de un cuidador adulto.

La mayoría de los dentistas recomiendan un cepillo de dientes con cerdas suaves para adultos al cepillarse, o incluso también se sugieren cepillos con cabezales más pequeños, porque alcanzan con mayor facilidad todas las regiones de la boca, como los dientes posteriores, que requieren más trabajo en el cepillado.

El cepillo debe cambiarse cada 3 meses o cuando notes que está desgastado, ya que puede dañar la encía.

¿Cómo elegir el cepillo de dientes ideal?

Después de usar el mismo cepillo durante tanto tiempo, te das cuenta de que sus cerdas ya están gastadas, y es hora de retirarlo y hacerte con uno nuevo. A la hora de elegir un recambio, lo cierto es que hay tantas opciones que a veces acabamos un poco perdidos.

Pero además de detalles como la atención a las cerdas y la forma del utensilio, es necesario identificar la mejor opción para que tu sonrisa sea muy bonita y limpia.

Cepillo tradicional: Es el modelo más popular entre los pacientes, y suele ser el primer cepillo con el que tenemos contacto en la infancia. Además, cuenta con una sorprendente variedad de opciones, pudiendo variar el tipo de cerdas y el tamaño del cabezal.

A pesar de esto, la mayoría de los expertos aconsejan el uso de cerdas suaves y extra suaves, ya que son capaces de eliminar los restos de comida y la placa bacteriana de la cavidad bucal con mayor facilidad y eficacia.

Cepillo de dientes eléctrico: Más reciente que el modelo tradicional, el cepillo de dientes eléctrico se diferencia por su forma más redondeada y porque tiene cerdas suaves que giran en diferentes inclinaciones, haciendo más práctico y fácil el proceso de cepillado.

Comparado con el modelo tradicional, son capaces de eliminar hasta un 100% más de placa bacteriana, con control del tiempo de cepillado y fuerza aplicada.

Vale recordar que, al igual que el cepillo tradicional, la recomendación es cambiar el cabezal del cepillo por una recarga cada tres meses.

Ahora que ya tienes en mente cuáles son los principales elementos para llevar a cabo una buena higiene bucal y cómo ayudan a prevenir los diversos problemas que afectan a la cavidad bucal, ¿qué tal cambiar ahora mismo tu cepillo dental?

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