Saber qué frutas un bebé puede comer es muy importante para empezar a darle alimentos sólidos. Lo mejor es hacer esto ofreciendo al niño una fruta a la vez, para detectar posibles alergias. Tener un bebé es maravilloso, pero cuidar de él puede convertirse en una fuente de estrés.

Por ser tan pequeños y tan frágiles, tenemos dificultad en tomar decisiones que los afecten.

No pueden comunicar si algo les hace daño, ni tampoco tienen que rechazar algo.

Teniendo esto en cuenta, es normal que a veces surjan dudas sobre qué frutas que un bebé puede comer, sin ponerlo en peligro.

Sin embargo, antes de eso, tenemos que saber cuándo empezar.

Lo ideal es hacerlo a partir de los 6 meses.

Las frutas deben prepararse como jugo o papilla, para ser ofrecidas al bebé poco a poco.

Así, lo más adecuado es comenzar con los jugos, pero es posible que la reacción inicial del bebé sea de rechazo.

No debemos preocuparnos: debemos tener paciencia y hacer que el pequeño experimente un trago de vez en cuando durante algunos días y, si no lo desea, podemos optar por un puré y seguiremos el mismo procedimiento.

Poco a poco, el bebé se acostumbrará a su sabor y textura.

Debemos tener en cuenta que, hasta ese momento, el bebé sólo probó la leche: todo necesita su tiempo.

También es conveniente pensar en alergias.

A esa edad, una crisis alérgica puede ser muy grave.

Por lo que es necesario comenzar por las frutas que presentan menos riesgo.

Tanto los jugos como las papillas deben ser hechos con una sola fruta, para que el proceso sea gradual y seguro. Además, si el niño manifiesta síntomas de alergia, sabrás cuál es el origen.

Es importante acostumbrar a nuestros hijos a comer frutas desde pequeños.

No sólo para aprovechar sus nutrientes, sino porque les ayudará a evitar otros alimentos muy perjudiciales para ellos.

Las frutas proporcionan una gran cantidad de azúcares naturales, un elemento que nuestro cuerpo necesita.