El flotador, los manguitos y el chaleco son algunas de las alternativas a la hora de ir a la playa o a la piscina con los niños. Diseñados para garantizar su seguridad mientras se mantiene a flote en el agua, se han convertido en un aliado habitual de los más pequeños.

flotador

Un primer consejo que no hay que olvidar: aunque los niños utilicen flotador o manguitos, no debemos perderlos de vista mientras estén en el agua, y si son muy pequeños, bañarse junto a ellos y no dejarlos solos.

El flotador garantizando la seguridad de los nños

Es importante tener en cuenta el radio del flotador ya que no puede ser muy grande en comparación con el cuerpecito del menor, ya que permitiría el hundimiento total al elevar los brazos.

Los clásicos flotadores circulares alrededor del cuerpo se han utilizado durante años para la inmersión en las zonas profundas con la principal misión de evitar la pérdida de referencia visual.

Los  manguitos supusieron una revolución para el proceso de familiarización durante el proceso de enseñanza-aprendizaje del dominio del agua.

Surgieron como elementos estables y fijos por lo que no permiten autonomía en el agua. Pero a cambios son muy seguros, por la imposibilidad de perder los manguitos. La gran ventaja es que es difícil perder los manguitos cuando los niños están dentro del agua. También una ventaja para los profesores de natación es que les permite el desplazamiento de forma más sencilla.

Los manguitos hinchables son apropiados para niños a partir de los dos y medio a tres años en adelante para conseguir un baño seguro. Permiten que floten, tanto durante las clases de natación como en la playa o la piscina con la familia.

Lo mejor sería enseñar a nadar al niño cuanto antes. O al menos, a mantenerse a flote. Nunca es demasiado pronto.

Recuerda que el agua tiene muchos beneficios para el bebé y puede ser un excelente momento para que tengan un primer contacto y pierdan el miedo al agua. La edad recomendada para iniciarse en un curso de natación es entre 1 y 4 años.